¿Te atrae el estilo minimalista pero no sabes cómo aplicarlo en tu hogar? Toma nota de estas recomendaciones y síguelas para conseguir una vivienda minimalista y chic.
Sin duda, la frase que mejor define al minimalismo es menos es más. Los hogares minimalistas huyen de la acumulación de muebles y objetos decorativos, así como del mobiliario o decoración llamativos y de la mezcla estridente de estilos. El minimalismo se caracteriza por la selección cuidada y restrictiva de cualquier mueble u objeto que se vaya a introducir en una habitación. La armonía, la pureza de líneas y los espacios libres son algunas de las claves del minimalismo aplicado al interiorismo y a la decoración.
El criterio que marca la selección de muebles y objetos decorativos en un hogar minimalista es la utilidad. Olvídate de lo superfluo y quédate solo con lo que realmente necesitas. Apuesta por muebles funcionales y multiusos para evitar sobrecargar las habitaciones y no dejes que entre en tu hogar ningún mueble sin haberte preguntado antes cuál es su utilidad. Nada de acumular objetos decorativos y llenar las paredes de múltiples cuadros. Selecciona bien la decoración y quédate solo con los objetos que tengan mayor valor para ti, ya sea desde el punto de vista estético o emocional. Y en la pared, solo algunos y de gran tamaño, incluso de suelo a techo, le darán un toque muy especial a esa estancia.
El minimalismo adora las formas geométricas puras y simples y las aplica tanto en el mobiliario como en la decoración y en la distribución del hogar. Escoge muebles de líneas rectas o curvas y trata de no mezclar ambos en la misma habitación.
El blanco es el color estrella del estilo minimalista. En muchas ocasiones se utiliza tanto en las paredes como en el mobiliario para transmitir luminosidad, paz y armonía. Puedes combinarlo con tonos suaves y añadir unos pocos toques de color en los textiles o la decoración como contrapunto.
Otra de las máximas del minimalismo es no dejar a la vista nada que no tenga utilidad imprescindible o valor estético. Todo lo demás, permanecerá oculto. Para eso es necesario disponer de sistemas de almacenamiento cerrado que, además, no ocupen mucho espacio. Lo ideal es apostar por armarios empotrados y muebles multifunción con cajones o puertas.
Menos es más, pero siempre hay excepciones. El mejor hogar minimalista y chic es aquel en el que se ha apostado por la sobriedad y la armonía como normas generales, pero que ha sabido combinarlas con unos pocos objetos o muebles que se salen de esta norma para convertirse en focos de atención. Un cuadro llamativo, unos cojines en colores vivos, una lámpara barroca, un objeto decorativo único. Eso sí, asegúrate de no incluir más de uno o dos focos de atención en cada estancia.
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